Page 229 - LETRAS ILUSTRADAS
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Letras Ilustradas
rematada estaba la pintura con dos que salvarían a los próximos que 229
ángeles que miraban al cielo entre llegarían a servir en aquella tierra.
dos palmas de olivo.
La noche oscura, fría y tenue se
“¿Quiénes son estos que hablan de enfrentó a los candiles y sus luces.
amor en las misas del taita Cristo? Vestido con un uncu y capa de lliclla;
¿Por qué su amor duele con su en la mano un puñal de bronce con
látigo? ¿Por qué ofensas nacen de estilo de tumi, se alistaba a discurrir
sus bocas o es que se amargan por una ventana cercana de un
con sus largas barbas brujas? ¿Por sauce que usaría a suerte de rampa.
qué obedecer a quién ha mi sangre Las plantas de los pies se centraron
ha lastimado?” -se preguntó Tutu en andar firme, uno tras otro, sin
Way; al salir perdido en sí mismo generar sonidos de algún tipo que
de la sala de techos altos y olor a podrían despertar a Santiago del
almizcle. ligero sueño que se le distinguía en
las ojeras de hollín que siempre se
Ahora tenía los pasos pesados y formaban en sus párpados.
las sandalias se le enterraban en
el polvo de la huerta; abrazado a la Ya en el pasillo, ahora por las
higuera, se cortaba la furia con la escaleras, se veía el pórtico, la
tristeza; pues sabía que sus hijos estancia y el cuadro de pared
y los hijos de estos serían siervos a pared en óleo, le encendía de
o peor de la codicia y mala entraña pálpitos el corazón. Tutu way
de los blancos. ¡Ushanan hampi! respiraba; pero cada exhalo era una
-muerte- exclamó el “qari”; pensó tortura, le sudaban las manos y se
en el plan de levantamiento de entorpecían sus pasos.
en grupo de indios de la hacienda
“Isabela”; no importaba la edad Las cortinas al vuelo, fueron la
pues recordaba al inca Pachacútec vía de sedas que a empellones
que con doce años hispanos venció llevaron al muchacho a saltar
a la amenaza Chanca. Asaltarían como un puma sobre el lecho de
las caballerizas y cortarían las Santiago de Vestensi. Y cómo un
comunicaciones con la Ciudad puma lucho con su garra de bronce
Real. Todo un ardid “sin pies ni y como un puma rugía; en la lucha
cabeza”; más en su ideal, todo el puma también era herido y el frío
debía comenzar por don Santiago. empezó a aplacar su empuje. Las
Creía que si él se hacia cargo del blasfemias de la carne eran toscas;
inicio de la revuelta todo lo demás sin embargo, el “estoque” fulminaba
desencadenaría una serie de hechos al héroe andino. Un viento frío, un