Page 222 - LETRAS ILUSTRADAS
P. 222

ESCENA III                           ALFONSIA

Florencia. El estudio Da Bardi.      ¡No, por favor! Se los suplico. ¡Ya

Entran Carlo Mancini y Alfonsina     basta, piedad, he sido yo la autora de

Rossi                                este cuadro! (Ambos se miran con

                                     asombro y sueltan risas burlonas)

ALFONSINA

Buenas tardes, señor.                TIZIANO DA BARDI

                                     Buen intento, pero nos toma usted

CARLO MANCINI                        por imbéciles, eso es imposible.

¿A quién le ha estado permitiendo el ¿Verdad, Carlo?

acceso al estudio en las noches?

                                     CARLO MANCINI

ALFONSINA                            ¡Ja, qué buen chiste! ¡En absoluto,

Disculpe, señor, ¿pero de qué me     usted carece de formación artística!

está hablando? Yo no he dejado

entrar a nadie.                      ALFONSINA

                                     ¿Eso creen? Puedo demostrarlo.

CARLO MANCINI                        (Comienza a recrear la obra)

¡Miente! ¡Confiese ahora mismo o

tendrá consecuencias! ¡La despediré Entra el Coro

de inmediato!

                                     CORO

Entra Tiziano Da Bardi, angustiado y Y así fue como, poco a poco, el

un poco confundido por los gritos    talento oculto de Alfonsina fue

                                     dejando las sombras para salir a

TIZIANO DA BARDI                     la luz. Con cada pincelada, más

¿Pero qué ha sucedido? ¿Por qué      sorprendía a Carlo y a Da Bardi.

tanto alboroto?                      Cuando terminó la figura de Atenea,

                                     ambos quedaron impresionados y

CARLO MANCINI                        un poco avergonzados. Le pidieron

¡Maestro! ¡Esta aseadora cualquiera que se detuviera. (Sale)

nos miente! Niega sus acciones. ¡La

despediré!                           TIZIANO DA BARDI

                                     Vaya, vaya, Alfonsina. Debo

TIZIANO DA BARDI                     reconocer que es una figura

Pero, tranquilícese, Carlo. Recuerde magnífica. Ahora debe convertirse

que aquí el jefe soy yo. Sin embargo, en uno de mis discípulos y pintar

concuerdo con usted. (A Alfonsina) muchos más cuadros como este

¡Confiese o estará despedida!        en nombre mío, como lo hacen el

222 resto mis aprendices. Sin embargo,
   217   218   219   220   221   222   223   224   225   226   227